Primer Clasificado del Concurso de Microrrelatos «Vinos de Alicante»

Con los ojos cerrados

Antonio Francisco Buitrago Fernández

Después de tantas frías mañanas pateando la tierra, regando sus venas, mimando las viñas. Después de tanta fría mañana, tiemblan mis manos a la hora de abrirla. A tal punto me invade la emoción, que se encarga otro de desconcharla.

Me resulta impertinente esta impaciencia que por los pelos contengo con fuerza, se la quitaría de la mano, me la llevaría a la nariz, pero con frialdad comedida, me limito a pedirle el corcho que ha liberado.

Con los ojos cerrados para que nada se permita contaminar mi realidad, me dejo perder entre el húmedo aroma del corcho, y ese espeso cantar que me brinda el alicantino tinto al chocar contra en trasparente vidrio.

Se recrea el caldo en mi boca, llenando mi recuerdo de imágenes evocadoras, momentos que jamás sobran. Risas, abrazos, mágicos silencios donde no falto nunca sobre la mesa uno de mis vinos alicantinos.

De sol mediterráneo, de tierra modesta, de sabor en nariz y boca. Mi vino, desde el principio, preside la mesa donde hasta que no se termina la descorchada botella, nadie se muda.

5 comentarios

  1. ¡¡Woow!! Que bueno, en casa hacemos igual, hasta que no se termina la botella, ya puede hasta terminarse el postre que nadie se mueve, eso si, por lo normal, ya con la segunda o tercera en mesa.

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